¡Hola, todos! Espero que hayan tenido una semana maravillosa. Me encanta ser misionero aquí en Londres. Cada semana es un reto y los retos son buenos! Esto significa que podemos crecer, nos permite demostrar que podemos superar las pruebas y aprender. (Hey, nada diferente de la vida real, ¿verdad?)
Sé que las montañas que el Señor nos pone a subir son toda una oportunidad para comprobar que no somos sólo entes débiles e indefensos, sino hijos de Dios con un sinfín de posibilidades de progresar. Y ello porque el Señor quiere que seamos exactamente como Él.
A menudo he sentido miedo de hablar con la gente, porque quizás podrían rechazarme, pero me doy cuenta que al fin y al cabo son ellos los que pierden al no conocer el maravilloso mensaje de felicidad y esperanza que les compartimos. Reemplazar el miedo con la fe, esa es la clave. Porque, como decía antes, somos hijos de Dios y por eso no nos es dado limitarnos a decir mentalmente: "uf, no puedo hacer esto"!
Quiero que se sientan muy entusiasmados con lo que están haciendo esta semana, porque estamos vivos, respiramos y tenemos tantas cosas qué agradecer!
Por ejemplo hoy me fui para la Catedral de San Pablo y fue estupendo! (ya que encontramos misioneros cristianos y nos dejaron entrar gratis!) Había un coro de jóvenes ensayando y casi me muero de la emoción. Además había un majestuoso órgano sonando. Me sentí muy motivado para salir escaleras abajo y ver todo Londres... esta vez, al menos estaba lloviendo luz del sol en vez de agua.
Entonces, a ser los mejores y no tener miedo!
Estuve comiendo algunos takoyaki [pasteles de harina, trozos de pulpo, jengibre y algas] tradicionales de Japón! Rrrrrricos!
Probé también el fufu [una especie de cuchuco a base de ñame o mandioca] de Ghana. Y hasta dejé la cuchara a un lado para comerlo, según la costumbre de país, con la mano :)
Por favor, esta semana busquen por todas partes las cosas maravillosas que hay siempre!